UNIFORME
–DESNUDEZ – DEBILIDAD
LOS
ANIMALES
...Y OTRAS ATROCIDADES
EL INFRAMUNDO DE LA
GUERRA CULS-DE- JALTE
LIBERTAD Y DESTINO
Al igual que cualquier fraile, o cualquier
monja, o cualquier policía sin uniforme “Los alemanes desnudos parecen
increíblemente inofensivos. No ocultan secretos. No dan miedo. El secreto de su
fuerza no está en su piel, huesos, sangre, sino en el uniforme….El uniforme es
su piel” p. 296. Curzio Malaparte.
“Kaputt” En esa piel, es igual a la de otros humanos, que ellos usaron para
tapizar sillones y encuadernar libros.
El salmón, es otra figura del miedo y la
deslealtad del alemán la bestia humana, con el perdón de las bestias, que es el
hombre con sus oponentes. Estos animales prefieren el exilio, al deshonor de
batirse con un enemigo desleal. El autor nos prepara a celebrar con júbilo el
triunfo de los salmones. “La suya es la causa de la humanidad y la civilización”
p. 306. Y este vence en una lucha leal, arrastra al prepotente general alemán
corriente arriba, pero la deslealtad del orgullo herido del hombre, potencia
sus manos con una pistola para poder vencer la lucha leal y matar al salmón. El
hombre para poder vencer al animal necesita potenciar sus manos, pies ojos,
desde la caverna con el garrote, el nombre mantiene como eje de la espiral de
su humanización la bestialidad.
Con el Reno nos lleva a evocar el
sacrificio de corderos, transportándonos a los campos de concentración, desde
el templo de los Renos. El reno el cordero del Lapón para aplacar a su dios UKONSAAVI, al cual no se acercan más que en
ciertas festividades, arrastrados por el recuerdo inconsciente, atávico y
milenario (Tótem y Tabú) y como nos lo dijo Malaparte: “una oscura nostalgia,
de las antiguas creencias paganas” “Kaputt” p.310. Oscuras creencias de la
bestia humana. Celebran una especie de Pascua Lapona, con miles de renos
sacrificados “que forman una selva en el recinto sagrado, de miles y miles de
cornamentas de reno amontonadas formando una colosal maraña.” Ibíd.
311. Como en un campo de concentración, los renos dulces y mansos, ofrecen las
venas del cuello al filo mortal del pukko, mueren sin gritar, con una dulzura patética
y desesperada de Cristos redentores.
Hace una descripción de Mussolini, en las
págs. Ídem: 320-321 y de la corrupción
de los principios morales y costumbres que anteceden y presagian las grandes
épocas de revolución. p.325.
Veamos lo que dice de Mussolini, cuando ve
el encuentro de este con el embajador de U.K. “Mussolini reconcentrado en sí
mismo y, a la vez, empeñado como siempre en aparentar y mostrarse solícito,
moviendo a un lado y a otro su enorme cabeza hinchada, blanca, redonda, rolliza
y calva, a la que un gran quiste en la zona occipital, justo detrás de la
oreja, añade un peso horrible;….Mussolini cree en sí mismo, si es que todavía
cree en algo, pero no cree en la incompatibilidad entre la lógica y el azar,
entre la voluntad y el destino. Su voz es cálida, grave y, no obstante
delicada. Una voz que a veces presenta extrañas y profundas resonancias
femeninas, un dejo morboso y afeminado….Habla con el acento de un campesino.
……Tiene la cara pálida hinchada y contraída en una mueca afable de serenidad
fingida y forzada complacencia, sus gruesos labios se mueven como si quisiera
sorber las palabras, tiene los ojos redondos y muy abiertos, la mirada firme y
a la vez inquieta.
El autor llega a un Dantesco final, que
recuerda la historia de Bocaccio de Andreuccio Perugia (1), AL MOSTRARNOS
MONSTRUOS DEL INFRAMUNDO DE SERES MARGINADOS POR LA PESTE O LA GUERRA, los culs
–de jalte o amputados. Monstruos harapientos, solidarios en la peste o en la
guerra, que preparan las sopas prohibidas por Mussolini para no morirse de
hambre. Monstruos que custodian con pudor los callejones de Nápoles. “Grupos de
mujeres que cantan letanías fúnebres, comer para vivir, cantar para morir,
precedidas por extraños sacerdotes barbudos y zarrapastrosos, increíblemente
sucios, bendicen a la multitud y la absuelven de sus pecados en un latín
mezclado con palabras napolitanas, mientras las bombas retumban afuera de las
cavernas fétidas.” Ídem. p.361.
Los besprisorni, o niños abandonados,
harapientos, famélicos y sangrantes en las ciudades bombardeadas, en las
ciudades en ruinas atestadas de muertos insepultos.
Han ganado las moscas, los caballos, los
perros y los renos. Es de esperar que ellos si hayan ganado y no la bestialidad
del “homo sapiens” de las bestias Occidentales. LA LIBERTAD: Malaparte toma
este concepto como algo dado por la naturaleza y encarnado en ella “Nada, ni
los ríos, ni las llanuras y estepas, ni las montañas, ni los bosques, ni
siquiera el cielo y sus nubes, encarna la idea de libertad tanto como el
mar.” Ídem. p.356. Sólo la bestia
humana, la vuelve algo dado o quitado por el Destino, o el azar.
Desplazamientos, matanzas, llevamos en Colombia una vida de Holocaustos y
Progromos.
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(1)
Andreuccio de Perugia, es un relato
perteneciente al Decamerón, en el cual el joven e inexperto Andreucci es timado
por una dama, asaltado y enterrado vivo. Regresa a Perugia con un valioso
anillo.
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