Diminutos hombres hacen de sus encanecidas barbas
unas esbeltas bicicletas circenses tan frágiles
como los espejos que tienen por cabeza
los enamorados de la banca del parque
que floreció de su pincel Remedios Varo.
Un domingo en una mañana de campo
en mis manos contemplaba
el prodigio de aquellos seres inmaculados
y postergados en ese universo sólo suyo
de alas de mariposa.
Que bello sería toparse de pronto
con un paisaje de meandros en un mangle rosa
o con el pico desprevenido de una garza
Ahora cuando llamo a la puerta del asombro
quiero limpiar mis ojos de automóviles y transeúntes
quiero que abran desde la dulce pulpa de una manzana
que mis pies transiten senderos etéreos
y que a su alrededor se agolpen ninfas y faunos
como en su corazón Remedios Varo.
LINA PLENA
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Siempre en la órbita de las imágenes poéticas.